Este es otro de los mitos de esta enfermedad. Lo peligroso de esta creencia es que produce un sentimiento de vergüenza en el paciente y evita consultar al médico cuando tiene sospecha de haberla adquirido y prefiere la automedicación, con un sinnúmero de consecuencias.
La Sarna se produce por contacto estrecho y prolongado entre la piel de una persona enferma y la piel de una persona sana. No es fácil contagiarse una Sarna. Una vez que el ácaro se ha establecido en la piel de un nuevo huésped, el agua y el jabón no son suficientes para eliminarlos. Tal es así que existe una forma de Sarna que se da en persona con hábitos higiénicos casi extremos: Deportistas, profesores de Educación física, etc. Son personas que se duchan o bañan varias veces en un día y «pueden contraer Sarna». Se llama la Sarna del Limpio.
Una persona con hábitos higiénicos deplorables no tiene mayor chance de contraer Sarna. Lo que puede ocurrir es que sufra una infección bacteriana secundaria.
Por lo tanto que este no sea un motivo de sentir vergüenza y si sospechan haber contraído la enfermedad consultar de inmediato y evitar la automedicación.